Cuento 6

El mundo de los ¡ olores y sabores !

Una buena mañana soleada, la pequeña ardilla Oli, salió a pasear al bosque, como de costumbre. Mientras paseaba, Oli se fijaba en que esa mañana había más flores que otras mañanas en las que de igual manera salía a pasear. Vió una rosa grande y roja, muy bonita, y pensó a qué olería. Se detuvo y la olió. El olor era tan bueno, que se puso a oler todas las flores.  Pero al cabo de un rato, apareció Leonardo, un búho que sabía mucho sobre los olores, y le propuso a Oli que exploraran juntos diferentes olores. Así que emprendieron viaje a casa de Leonardo para experimentar con diferentes olores.
Al llegar a casa de Leonardo, Oli, toda emocionada, vió que sobre la mesa de trabajo había una serie de frascos que contenían unas bolsitas con diferentes olores.
 
-        Oli, cada frasco contiene un olor. Lo que haremos será olerlos y adivinar que és lo que puede ser. ¿Te parece bien?- Le pregunta Leonardo.
 
-        Claro que sí, ¡empecemos ya!¡Estoy muy ansiosa por saber que es lo que contiene cada frasco!- dijo Oli.
 
Leonardo cogió los frascos y uno a uno se los fue dando a Oli para que los fuese oliendo. Oli cogió el primer frasco y lo olió.
 
-        ¿A que huele Oli?- preguntó Leonardo.
 

     Ummmm……no se…..es un poco difícil, tiene un olor dulce y muy rico….me recuerda a…..¡ya sé! ¡Es canela!- dijo Oli.
 
-        ¡Muy bien! Acertaste el primer olor, sigamos con los que faltan!- dijo Leonardo.
 
Oli cogió el segundo frasco y lo olió.
-        ¡Huy! Este olor es muy fuerte! Me parece que es perejil……o creo que oregano….me recuerda a especies que mi madre utiliza para hacer la comida!- dijo Oli.
 
-        Pero sabes decir lo que es Oli?- dijo Leonardo.
 
-        Creo que es romero- dijo Oli.
 
-        Muy bien Oli! Tienes muy buen olfato!- dijo Leonardo.
 
Leonardo y Oli estuvieron un buen rato trabajando sobre los olores, hasta que Oli adivinó todos los olores que había en los frascos. Pero Oli no entendía cómo era capaz de distinguir los diferentes olores que el señor Leonardo tenía en sus frascos.
 
-        Señor Leonardo, pero ¿como es que nuestro cuerpo es  capaz de diferenciar los olores?- preguntó Oli.
 
-        Los olores los percibimos a través de la nariz. La nariz cuenta con unos nervios olfativos, que son el principal órgano del olfato, y también sirven para diferenciar el sabor de las sustancias, y se encuentran dentro de la boca. Cuando nuestro nariz capta un olor, este se transmite através de un impulso hasta llegar al cerebro, que es el que nos dice que olor es.- le explicó Leonardo.
Oli lo entendió perfectamente, pero luego se preguntó si los animales también olerían igual que los humanos.
 
-        Leonardo, ¿y los animales utilizan el olfato igual que las personas?- preguntó Oli.
 
Leonardo todo sorprendido por la curiosidad de Oli, le contesto:
-        Veo que tienes curiosidad por aprender, por lo que te responderé. Los animales no utilizan el olfato de la misma manera que las personas. Las personas utilizan el olfato para diferenciar entre olores agradables y desagradables, para reconocer algo o a alguien, entre otras cosas; mientras que los animales utilizan el olfato para reconocer a sus hijos, buscar alimentos, encontrar pareja y conocer el peligro.- explicó Leonardo.
 
Oli, se quedó sorprendida después de que el señor Leonardo le explicara todo sobre los olores. Ella creía que lo poco que sabía era suficiente, pero después de lo trabajado con el señor Leonardo, aprendió mucho más. Pero una vez trabajados los olores, Oli se preguntó si con los sabores pasaría lo mismo.
 
-        Señor Leonardo, ¿y con los sabores pasa igual que con los olores?- le preguntó Oli a Leonardo.
 
Leonardo, sorprendido por ver el interés de Oli por saber más, le dijo:
-        Me sorprende que quieras aprender mas! Si te parece bien, haremos un experimento con los sabores, ¿me ayudas?- le preguntó Leonardo a Oli.
 
-        ¡Claro que si!- le contestó Oli  emocionada.
 
Al ver que Oli mostraba interés  por aprender, Leonardo, sacó unos vasos y los puso encima de una mesa. Cada vaso tenía una solución de diferentes colores.  Oli los observó y por curiosidad los olió, pero al olerlos se sorprendió porque  no olían a nada.
 
-        Oli, vamos a empezar, probaremos un poco de cada sabor para saber de qué se trata, comenzamos?- dijo Leonardo
 
-        Claro que si!- contestó Oli.
 
Leonardo le dio un vaso a Oli, ella lo cogió y lo probó.

-
  Ummmm….esto no sabe nada mal! Es muy dulce……¡ya sé! ¡es Manzanilla!- dijo Oli.
 
-        ¡Muy bien Oli! Veo que no solo tienes buen olfato, sino que también tienes buen gusto!- dijo Leonardo.
 
Leonardo sorprendido, le dio otro vaso a Oli.
 
-        Ufffff……..este no sabe nada bien! Es muy agrio y amargo… pero creo que es Vinagre.- dijo Oli poco convencida.
 
-        Pues sí! Es vinagre Oli! Muy bien!- dijo Leonardo.
 
Después de hacer varios experimentos, Leonardo le explicó a Oli que los sabores se perciben a través de la lengua, pero para percibirlos con mayor precisión, se necesita la ayuda de  las glándulas salivares, que se encuentran en la boca. Leonardo, también le aclaró a Oli que los sabores no se perciben por igual, ya que la lengua cuenta con diferentes puntos en los que se distinguen los sabores. Pero de seguido Leonardo le explicó a Oli que el sentido del gusto es muy particular en cada persona, ya que no a todos nos gusta comer las mismas cosas por lo que el gusto está relacionado con las costumbres de cada uno.
 
-      Pero, antes vimos que el olfato no tiene la  misma función en los animales que en las personas, ¿con la lengua pasa lo mismo señor Leonardo?- preguntó Oli.
 
-        No Oli. Hay ciertos animales que no solo utilizan la lengua para comer, sino que también para otras cosas, por ejemplo, los gatos utilizan la lengua para limpiarse la cara, las vacas la utilizan para limpiarse la nariz…- explicó Leonardo.
 
Oli se quedó toda sorprendida, al ver todo lo que sabía el señor Leonardo. Oli miró el reloj y vió que era muy tarde,¡Que tarde es! Se pasó el día volando!- dijo Oli.
 
-        Claro! Hoy aprendimos muchas cosas, por lo que el tiempo se nos ha pasado!- dijo Leonardo.
Oli agradeció al señor Leonardo que le explicase y enseñara todo lo que aprendió sobre el olfato y el gusto. Pero eran horas de irse a su casa. Se despidió del señor Leonardo y se fue paseando por el bosque de vuelta a casa.

Y patachín patachán, investigando... ¡algo nuevo descubrirás!

 

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