Los peligros en el aula

      Los laboratorios son lugares de por sí peligrosos pero no por lo que a menudo todos pensamos. Los experimentos, productos y utensilios que en el podemos encontrar non son los causantes de los problemas que surgen, sino que el descuido y la falta de responsabilidad de las personas que en el se encuentran desencadenan el mayor número de accidentes. Para poder llevar a cabo las prácticas de la mejor manera posible y conseguir que nuestras acciones favorezcan al desarrollo de las mismas debemos tomar ciertas precauciones :

• Se debe trabajar con bata y guantes.

• Aprender como se maneja correctamente cada aparato para evitar accidentes.

• La higiene es muy importante, debemos lavarnos siempre las manos cuando terminamos y antes de abandonar el laboratorio.

• Mantener el área de trabajo ordenada, sin libros, abrigos, bolsas y cosas innecesarias

• Limpiar, guardar, conservar y ordenar correctamente el material y los equipos después de cada práctica.

• No dejar botellas, objetos en general tirados por el suelo y evitar que se derramen líquidos por las mesas de trabajo.

• Los recipientes calientes deben manipularse con cuidado con ayuda de guantes adecuados o pinzas. Si los calentamos en una fuente de calor el extremo de los mismos nunca debe apuntar hacia ningún compañero.

• El profesor/a debe supervisar todas las experiencias.

• El uso de reactivos peligrosos debería estar restringido únicamente al profesor/a.

• Nunca se deben calentar substancias inflamables directamente en una llama. Cuando se usan debe estar el recinto bien ventilado.

• Evitar el contacto de productos químicos con la piel, si esto ocurre, lavar rápidamente con abundante agua.

• Verter los residuos líquidos en el fregadero, previamente neutralizados, dejando correr abundante agua para diluirlos.

• Vaciar los residuos sólidos en un cubo de fácil acceso para los alumnos.

    Además de tener en cuenta lo anteriormente expuesto en el laboratorio siempre debe haber un botiquín por si pasa algo en algún momento. Su contenido debe estar bien aislado del exterior para evitar la entrada de polvo u otros organismos que puedan romper su previa esterilización. Además de esto el profesor/a debe conocer alergias o problemas médicos de cada uno de sus alumnos por si en algún momento debe actuar en un accidente o en la realización de las propias prácticas con determinados productos.